domingo, 8 de mayo de 2016

Llegando al final del curso Flipped Classroom...


Volviendo la vista atrás, al comienzo del curso, veo que hemos recorrido un camino intenso.

Realmente, hemos dado un vuelco a la organización habitual de nuestras clases.

Hay muchos recursos informáticos para poder activar y motivar a nuestro alumnado (enriquecer vídeos, crear murales interactivos, juegos personalizados,...) y, desde luego, es importante acostumbrarse a usar estas herramientas.

Fundamentalmente, porque son muy atractivas para todos. Como docente, te permite trascender del libro y las fotocopias; y preparar material  interactivo que les guíe en su aprendizaje, de forma realmente más individual; como estudiante, te permite afrontar el reto del conocimiento desde una perspectiva dinámica, ágil y siendo partícipe, de forma plena, ya no pasiva, durante el proceso.

Sin olvidarme, de continuar con la formación, al menos en mi caso, siguiendo webs, twitters, pinterests,...de docentes experimentados.

Además, los proyectos Flipped Classroom pueden adaptarse con facilidad a otras metodologías, como hemos visto (ABP, CBL, BPL,...). Me parece fundamental esta versatilidad para poder elaborar unidades o cuestiones puntuales, sin romper el ritmo de enseñanza que cada uno lleve. O bien, tener la posibilidad de contar con todas estas estrategias educativas, unidas a un proyecto Flipped Classroom, según el conocimiento que queramos que adquieran (o descubran) nuestros alumnos.

Todo ello, además, con una sólida evaluación, que está estrechamente relacionada con la legislación vigente. Aspecto éste, que en un principio, podía suscitar dudas entre la comunidad educativa.




En la lección uno, se nos sugería que fuéramos poco a poco implementando esta metodología. Y es así como en un principio me lo quiero plantear.

El proyecto final que he presentado, me parece muy viable y quiero comenzar con él. A partir de ahí, iré sacando conclusiones, realizaré las oportunas mejoras y elaboraré otras tareas -imagino que más sencillas- que incrementarán poco a poco -lo que espero que sea- un interesante banco de recursos.

En la medida de mis posibilidades, me gustaría animar a otros compañeros del centro -empezando por mi departamento-  a que trabajasen dándole la vuelta a la clase.

Para empezar, les mostraré mi proyecto final, a ver qué les parece. A ver qué os parece:

jueves, 5 de mayo de 2016

Seguimos con Flipped Classroom...

...y en esta ocasión hemos trabajado un tema fundamental y controvertido: la evaluación.

  • Como alumna...
Después de haber visto los comentarios que me han dejado los compañeros sobre mi proyecto, no he podido evitar pensar que la evaluación, en muchos casos, es tremendamente subjetiva. Hay quien me ha suspendido en un aspecto de los que se examinaban, y otro me lo ha calificado con un ¡10!

O sea, o es tipo test, o es importante que, como docentes, dejemos margen en nuestras calificaciones. Obviamente en respuestas abiertas y bien relacionados con el tema sobre el que se pregunta (no valdría ser flexible con el alumno que confunde un análisis morfológico con uno sintáctico, por ejemplo).

Imagino que de todo esto deriva la importancia de distintos parámetros a la hora de valorar un alumno y su aprendizaje. O lo que es lo mismo, distintos enfoques, distintas evaluaciones (formativa, sumativa,...). Y con un mismo objetivo:que una valoración sea un medio, no un fin.

Centrándome en los oportunos comentarios que me han escrito mis compañeros, sus opiniones, sin duda, ayudan a mejorar. Por ejemplo, el que me hayan aconsejado darle difusión a la tarea final informando a los padres, o el que no haya señalado que el vídeo enriquecido con Playposit que deben efectuar mis alumnos, deben realizarlo desde la cuenta del profesor, o que mi proyecto contenga demasiadas actividades para casa.

  • Como evaluadora...
Esta función me ha aportado más. Porque he tenido que poner en práctica mis nuevos conocimientos (gamificación, niveles SAMR, publicación abierta desde Playposit,...) y, por tanto, ha sido una evaluación interna, individual; y porque he aprendido mucho sobre el buen hacer de mis compañeros.

En este último sentido, me quedo con aspectos tan interesantes como una evaluación del profesor hacia sí mismo durante todo el desarrollo del proyecto (se me ocurre ahora, ampliable a que lo valoren también los alumnos), o utilizar post it para ejercicios lingüísticos en vez de las hojas de cuadro habituales, aportando un toque lúdico muy motivador para nuestros alumnos.

Y podría resaltar más cosas: la excelente presentación, el diseño tan preciso de las sesiones de clase,  la perfecta división entre tareas de casa/clase,...Supongo que aquí tiene bastante que ver la formación tan pedagógica que se recibe en el grado de Magisterio (dos de mis tres evaluaciones, eran de compañeras de primaria).

  • ¿Y ahora...?
Pues ahora, creo que ya he adquirido un conocimiento suficiente para poder poner en práctica otros proyectos Flipped. Me queda aún mucho por conocer ( y utilizar) sobre las herramientas TIC. Pero he comprendido el mecanismo de motivación y trabajo que se busca con esta metodología.

Ha sido un trabajo duro, por la extensión, la conexión entre todos las tareas anteriores realizadas, la revisión de los estándares de aprendizaje, la presentación atractiva,...Y ha merecido la pena, porque he aprendido mucho.

Por otro lado, la verdad que esta tarea de coevaluación ha sido muy interesante. Se sale muy reforzado, al analizar tareas ajenas y al verse valorado.

Y el concepto mismo de evaluación salta a otra dimensión, al hacerse más fluido, no tan rígido. Más que juzgado, te sientes, en realidad, valorado y con oportunidades reales de mejora. Todo un gran horizonte que sería fundamental trasladar a nuestras clases, para provecho de nuestros alumnos...y de nosotros mismos como docentes.